En los últimos años, vapear se ha puesto de moda. Aunque la investigación de la vaporización y sus efectos sobre la salud a largo plazo está todavía en curso, se cree que vapear es más seguro y saludable que fumar. Mucha gente ya ha dejado el tabaco para empezar a vapear e-líquidos, y la vaporización también se ha extendido cada vez más entre los consumidores de cannabis. ¿Qué es la vaporización y en qué se diferencia de fumar? ¿Qué beneficios aporta y cómo es de segura?
La principal diferencia entre vapear y fumar es que en la vaporización no se quema la hierba, sino que se calienta a una temperatura determinada. El calor activa los cannabinoides y terpenos del cannabis, liberándolos en un vapor que luego se inhala. Dado que no genera humo, como ocurre con un caño o “un pitito” , la vaporización aporta ciertas ventajas para la salud que no se consiguen cuando se fuma.
Ventajas de la vaporización
Aunque todavía no se sabe si vapear es 100% seguro, se cree que es mucho más saludable que fumar. La razón es que casi todas las sustancias perjudiciales que se producen cuando se fuma, son generadas por el proceso de combustión, independientemente de si estás usando marihuana o tabaco. Durante la vaporización no se quema la hierba, por lo que no se produce humo, y, por lo tanto, se inhalan muchas menos toxinas y radicales libres que cuando se fuma un canuto.
El humo del tabaco contiene muchos agentes cancerígenos (sustancias que causan cáncer), razón por la que ha adquirido tan mala fama a lo largo de los años. Por desgracia, es muy probable que el humo del cannabis también contenga estas sustancias, aunque posiblemente en cantidades más pequeñas. Además, el humo contiene alquitrán, que causa problemas en los pulmones, lo que hace que este método de consumo sea sumamente inadecuado para quienes padezcan algún trastorno relacionado con la salud pulmonar. En un estudio sobre el consumo de marihuana, la American Lung Association ha descubierto que el humo del cannabis puede contener aún más alquitrán que el del tabaco. Esto se debe principalmente al hecho de que los fumadores de cannabis suelen dar caladas más largas y profundas que quienes fuman cigarros.
Al pasarte a la vaporización, tus pulmones estarán sometidos a un riesgo mucho menor de forma inmediata. Un estudio de 2007 publicado en el Harm Reduction Journal comprobó que la vaporización del cannabis reduce los problemas respiratorios que de otra forma se causarían al fumar marihuana.
Los riesgos para la salud asociados con el hábito de fumar son lo bastante peligrosos como para convencer a mucha gente de que se pase a la vaporización. Pero, aparte de los beneficios a largo plazo, para muchas personas la vaporización ofrece una experiencia mucho más agradable y menos engorrosa. Solo tienes que asegurarte de limpiar tu vaporizador con frecuencia.
Los compuestos activos del cannabis son muy sensibles. Mediante la administración de cannabinoides, terpenos, etc. a través del humo, más de la mitad de estos compuestos se queman incluso antes de dar la primera calada al porro. La combustión del cogollo entre calada y calada acaba con otro 15-20% de las sustancias que nos interesan. Esto hace que fumar cannabis sea muy ineficiente.
Dado que las temperaturas utilizadas en la vaporización son mucho más bajas, y a menudo mucho más precisas, no solo se conservan los compuestos activos, también se aprovechan al máximo. Como resultado, el vapor del cannabis será más puro y potente – y tú no malgastarás tanto cogollo. Por lo tanto, vapear también ayuda a ahorrar dinero a la larga.
Además de los cannabinoides que le dan a la marihuana su potencia, el cannabis contiene unos compuestos aromáticos, llamados terpenos, que aportan sabor. Estas sustancias son muy volátiles y sensibles al calor, por lo que una temperatura excesiva puede destruirlos rápidamente. Por el contrario, la vaporización ayuda a optimizar la experiencia de cada terpeno. También es interesante saber que algunos terpenos tienen puntos de ebullición distintos, por lo que se liberan a temperaturas más bajas.
Por ejemplo, el betacariofileno, un terpeno de aroma especiado y picante, se libera a una temperatura de alrededor de 118°C y no le gusta calentarse más. Luego hay otros terpenos, como el linalool, que pueden soportar temperaturas más altas.
Cuando se vaporiza, por lo general se puede ajustar la temperatura del dispositivo hasta cierto grado, lo que permite ajustar la experiencia. De esta forma, podrás disfrutar de toda la gama de sabores y aromas que son imposibles de percibir cuando se fuma.
De la misma manera que puedes influir en el sabor de tu marihuana con diferentes temperaturas, también se puede regular la intensidad del colocón. La mayoría de los cannabinoides se liberan cuando se vapea a temperaturas altas, lo que produce un efecto más potente y rápido. Si prefieres un subidón más suave, programa el vaporizador a una temperatura de unos 150°C. Para un efecto ligeramente más fuerte, sube la temperatura hasta una media de 166-187°C. Si buscas la máxima potencia, opta por el ajuste de temperatura más alto. Pero no superes los 229°C, ya que esta temperatura se aproxima a la de combustión, y reducirá la potencia y el sabor de tu marihuana.
Un estudio de 2009 analizó los efectos de la vaporización a diferentes temperaturas. Para este estudio, los investigadores vapearon cannabis a tres temperaturas distintas: 170°C, 200°C y 230°C, calculando la proporción entre cannabinoides y subproductos (en otras palabras, el grado de pureza) del vapor para cada temperatura.
Se comprobó que incluso con unos ajustes mayores de temperatura, el vapor contenía una cantidad notablemente menor de toxinas que el humo. El estudio también reveló que la mayoría de los cannabinoides terapéuticos, como el cannabicromeno (CBC), se liberan a una temperatura justo inferior a la de combustión, a 232°C.
Por otro lado, tus preferencias personales podrían ser distintas. Si quieres tener más sabor o prefieres un subidón menos fuerte, vapea a temperaturas más bajas. Así que, si quieres empezar a vapear, asegúrate de elegir un vaporizador que te permita ajustar la temperatura. De esta forma, podrás sacar el máximo partido a todos los beneficios que ofrece la vaporización.
Además de ofrecer un humo más limpio y saludable, uno de los motivos de la reciente popularidad de los vaporizadores es que producen un colocón notablemente diferente. Y aunque cada persona experimenta el cannabis de forma única, la mayoría de gente que ha probado las vaporizaciones está de acuerdo en que producen un “colocón más lúcido” en comparación a fumar marihuana en porro o pipa.
En base a nuestras propias experiencias personales, y las de otros consumidores de cannabis, estas son algunas de las principales diferencias entre el colocón experimentado al fumar y al vapear marihuana:
Ten en cuenta que el colocón depende principalmente del perfil químico de la cepa que estás consumiendo. Sin embargo, el hecho de que el vaporizador no combustione los cogollos o concentrados sugiere que podría producir un efecto más lúcido y limpio.
Afortunadamente, el consumo de cannabis ya no es tabú. Muchas personas consumen marihuana con fines estrictamente terapéuticos, y el consumo recreativo está cada vez más aceptado, e incluso es completamente legal en muchas partes. Este lento pero seguro avance de las leyes sobre el cannabis no solo beneficia al consumidor, también abre el camino para la investigación en este campo, por no mencionar
de un atractivo mercado. Basándose en las ventajas obvias de vapear frente a fumar, la ciencia está estudiando los resultados específicos de la vaporización como método de administración de cannabis para consumidores medicinales.
En un estudio de 2015, se les preguntó a 2.910 consumidores de cannabis de diferentes edades (18-90), sobre el consumo y vaporización de marihuana. El 61% de los participantes afirmaba haber utilizado un vaporizador alguna vez en su vida, un 37% admitió haber vapeado durante los 30 días anteriores, un 20% reconoció que vapearon más de 100 días, y un 12% confirmó que la vaporización era su método de consumo preferido. El estudio comprobó que quienes vapeaban opinaron que este método es “más saludable, produce mejor sabor, induce mejores efectos y es más satisfactorio”. Por otro lado, solo un pequeño porcentaje (14%) de los encuestados dejó de fumar por completo.
Un estudio de 2016 analizó las preferencias de un grupo de enfermos de cáncer que consumían cannabis para aliviar sus síntomas. Se comprobó que la vaporización era el tercer método de consumo preferido, después de las pastillas y los espráis bucales. Otro estudio de 2016 midió los niveles en sangre y confirmó estudios anteriores sobre la eficacia de la vaporización como medio de administración de THC.
En 2019, la vaporización se convirtió en una gran preocupación para la salud pública. Entre agosto y septiembre, en EE.UU. hubo un aumento repentino de hospitalizaciones relacionadas con el uso de vaporizadores y cigarrillos electrónicos. En febrero de 2020, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de EE.UU. reportaron alrededor de 2800 hospitalizaciones y/o muertes relacionadas con la “lesión pulmonar asociada al vapeo o los cigarrillos electrónicos” (EVALI por sus siglas en inglés).
Según la Dra. Lynn D’Andrea, neumóloga pediátrica del Hospital Infantil de Wisconsin, algunos de los síntomas más alarmantes de las lesiones pulmonares relacionadas con el vapeo incluyen: respiración extremadamente rápida y dificultosa, pérdida de peso, dolor de pecho y tos. Las tomografías computarizadas (TAC) de los pulmones de los pacientes a menudo mostraban un patrón extraño y difuso similar a “vidrio molido”.
Se cree que el principal culpable del brote de EVALI en 2019 fue el acetato de vitamina E, un agente espesante que a veces se usa en la producción de e-líquidos y cartuchos de THC para vapear, especialmente de aquellos obtenidos de “fuentes no oficiales” como algunos vendedores online. El CDC encontró acetato de vitamina E en más del 50% de las muestras de líquidos para vaporizadores/cigarrillos electrónicos analizadas en diferentes estados, así como en las muestras de fluidos pulmonares de personas con EVALI.
Afortunadamente, según datos de EE.UU., los casos de EVALI han ido disminuyendo constantemente desde mediados de septiembre de 2019. El CDC sugiere varias razones de este descenso:
Naturalmente, el brote de EVALI provocó que se levantaran varias voces de alarma en torno a la seguridad de las vaporizaciones, y por un buen motivo. También ha suscitado un gran debate sobre si el vapeo es una alternativa tan segura a fumar como se dice.
En general, creemos firmemente que vapear marihuana puede ser una alternativa más saludable que fumar. Sin embargo, también reconocemos que el vapeo es una práctica bastante reciente; la ciencia tardó décadas en identificar claramente los efectos de fumar para la salud, y el vapeo todavía se encuentra en sus comienzos.
También creemos que podría ser más seguro vaporizar cogollos de cannabis en lugar de concentrados o e-líquidos, ya que estos productos podrían contener trazas de disolventes químicos, u otras sustancias, que podrían ser perjudiciales cuando se calientan e inhalan. Sin embargo, no sabremos nada de esto con certeza hasta que se lleven a cabo investigaciones más exhaustivas sobre la vaporización.
Además de la EVALI, hay otros problemas de salud asociados al vapeo. Por ejemplo, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) ha expresado su preocupación por la explosión de los cigarrillos electrónicos debido a problemas de batería. Estas explosiones han causado lesiones graves e incluso han resultado mortales. La investigación en la revista Tobacco Control informa que entre 2015 y 2017 se produjeron más de 2000 visitas a urgencias debido a la explosión de cigarrillos electrónicos y lesiones por quemaduras.
Además de estas explosiones, la FDA también ha investigado una posible relación entre el vapeo y convulsiones, posiblemente debido a una intoxicación por nicotina (que puede causar convulsiones, como ya se ha demostrado en el pasado). Sin embargo, no hay muchos datos sobre este tema, y pasará algún tiempo antes de que podamos afirmar con certeza si hay algún vínculo entre las convulsiones y los vaporizadores/cigarrillos electrónicos
La crisis de EVALI parece estar causada por el acetato de vitamina E, y el CDC ha sugerido que esta sustancia esta más presente en los productos de cannabis para vapear que contienen THC. Sin embargo, esto no descarta la posibilidad de que el acetato de vitamina E esté presente en otros productos para vapear, incluyendo e-líquidos de nicotina o cartuchos de CBD.
Si te preocupan los riesgos para la salud relacionados con el vapeo mencionados en este artículo, siempre recomendamos vaporizar cogollos en lugar de concentrados, especialmente si vives en una zona donde los productos de vapeo no están muy regulados. Los aceites y e-líquidos de cannabis se producen usando disolventes y otros compuestos; y aunque muchos grandes fabricantes elaboran productos limpios, los productos de baja calidad podrían contener trazas de compuestos que suponen un riesgo potencial para la salud.
Si quieres vapear concentrados de CBD, asegúrate de consumir únicamente productos que tengan la garantía de una marca o fabricante de confianza.
En el mercado actual, hay tres tipos principales de aceite de CBD para vaporizar:
Los productos de CBD suelen clasificarse como productos de espectro completo, de amplio espectro o aislados. Veamos qué significan estos términos:
En general, siempre recomendamos los productos de espectro completo ya que proporcionan todas las ventajas que ofrece la planta de cannabis. Sin embargo, si existe la posibilidad de que te sometan a análisis de drogas aleatorios, podría ser más recomendable consumir productos aislados o de amplio espectro para evitar dar positivo en un control de drogas. Desafortunadamente, en algunos casos, incluso se pueden detectar cantidades traza de THC en los análisis de drogas,.
El e-líquido del CBD está diseñado para ser vaporizado e inhalado por los pulmones. Aquí, los compuestos activos entran en el torrente sanguíneo a través de los alvéolos y hacen efecto en tan solo 5-10 minutos. Pero los efectos del CBD vaporizado suelen desaparecer con relativa rapidez.
En cambio, los aceites/tinturas de CBD están diseñados para consumirse por vía sublingual u oral. En este caso, los compuestos del aceite son absorbidos por las membranas mucosas situadas bajo la lengua y en la mejilla, o por el aparato digestivo (en caso de tragar el aceite). Los aceites de CBD suelen hacer efecto al cabo de 20 minutos (incluso más tiempo, si se ingieren). Pero el CBD ingerido tiene una liberación más lenta y constante que puede ser muy beneficiosa para quienes buscan efectos más duraderos.
Desafortunadamente, los estudios han demostrado que la biodisponibilidad del CBD consumido por vía oral es relativamente baja. Esto significa que, si consumes tinturas por vía oral, podrías necesitar más cantidad de tintura para lograr el efecto deseado, en comparación con los e-líquidos. Dicho esto, la biodisponibilidad no es el único factor que influye en la eficacia del CBD.
Es importante señalar que el aceite de CBD destinado al consumo oral o sublingual no suele ser adecuado para vaporizar. Los aceites portadores presentes en estas fórmulas no son adecuados para ser calentados e inhalados.
En Vaporium encontrarás una amplia gama de vaporizadores para todos los bolsillos, desde vaporizadores bolígrafo fáciles de usar y asequibles como el Storm, a dispositivos de escritorio sofisticados y de alta gama como el famoso Volcano Hybrid.
Pásate a la vaporización de cannabis para disfrutar de una experiencia más sana, pura, sabrosa y potente.